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La orden de desplazamiento masivo de Israel para toda la Ciudad de Gaza es ilegal e inhumana

Israel debe revocar de inmediato la orden de desplazamiento masivo dada por el ejército a las personas residentes en la Ciudad de Gaza el 9 de septiembre mientras intensifica su ataque contra la ciudad, agravando así el sufrimiento de la población civil en medio del genocidio que está llevando a cabo, ha dicho hoy Amnistía Internacional.

La orden de desplazamiento masivo que ayer por la mañana dio el ejército israelí es cruel, ilegal y agrava aún más las condiciones de vida genocidas que Israel está imponiendo a la población palestina.Heba Morayef, Amnistía Internacional

“La orden de desplazamiento masivo de las personas residentes en la Ciudad de Gaza que ayer por la mañana dio el ejército israelí es cruel, ilegal y agrava aún más las condiciones de vida genocidas que Israel está imponiendo a la población palestina”, ha declarado Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África. 

“Para los cientos de miles de palestinos y palestinas de la Ciudad de Gaza que desde hace casi dos años sufren un implacable bombardeo, soportan la hambruna y se hacinan en campos improvisados o se refugian en edificios atestados, se trata de una repetición demoledora e inhumana de la orden de desplazamiento masivo emitida para todo el Norte de Gaza el 13 de octubre de 2023.”

Amnistía Internacional ha afirmado reiterada e inequívocamente que la deportación de palestinos y palestinas o su desplazamiento forzado dentro de la Franja de Gaza son violaciones del derecho internacional humanitario y constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad. La organización ha recogido terribles testimonios de residentes y personal sanitario tras la orden. Algunas personas ya habían intentado huir hacia el sur desde que el pasado viernes Israel comenzó a atacar edificios altos, pero no pudieron hacerlo por carecer de dinero para pagar los gastos de transporte o por la falta de condiciones de habitabilidad de la reducida área designada por Israel para la evacuación.

Una persona miembro del personal sanitario que trata a niños y niñas con desnutrición dijo a Amnistía Internacional: “No quiero dejar a mis pacientes, esos pequeñines cuyos cuerpos están demasiado debilitados para resistir un desplazamiento más, pero no sé qué hacer. Es como tener que elegir entre dos muertes: morir en un bombardeo o la muerte lenta del desplazamiento, sin saber dónde ir. Ya me han desplazado en 15 ocasiones; las últimas noches no he podido pegar ojo con los intensos bombardeos en las cercanías, y a pesar de eso seguimos intentando hacer nuestro trabajo con los niños, pero nos estamos derrumbando.”

Una anciana con discapacidad que está en un campo improvisado para personas desplazadas internas en Tal al Hawa, al sur de la Ciudad de Gaza, dijo a Amnistía Internacional: “Hace tres semanas nos desplazaron de Sheikh Radwan; mi hijo me tuvo que llevar en hombros porque no tengo silla de ruedas y hasta nuestra zona no podía llegar ningún transporte. Ahora, una nueva orden de evacuación. ¿Adónde iremos? Para conseguir trasporte hacia el sur hay que pagar casi 4.000 séqueles [1.000 euros], y para comprar una tienda, al menos 3.000 [800 euros], y no sabemos si encontraremos un lugar donde montarla. Ya hemos gastado todos nuestros ahorros para sobrevivir en esta guerra consiguiendo comida y productos básicos. Es como si cada día la guerra comenzara de nuevo, pero mucho peor, porque estamos totalmente agotados, no tenemos voluntad ni fuerzas para seguir”.

Una mujer que cuida de su nieta de ocho años que está herida, y cuyos padres murieron en un ataque aéreo en mayo, dijo: “Mi nieta es todo lo que me queda, y he hecho todo lo que he podido para protegerla. Sólo en la última semana nos han desplazado dos veces. No tenemos medios para ir al sur, y estamos cansadas de que nos obliguen a revivir este suplicio una y otra vez”.

La última orden de desplazamiento, junto con la expansión de las operaciones del ejército en Gaza, que incluye la destrucción de edificios altos en los que se refugiaban miles de familias, es otra muestra de que Israel está imponiendo deliberadamente unas condiciones de vida encaminadas a provocar la destrucción física de una población ya devastada. El hecho de que Israel no haya escuchado las advertencias de los grupos humanitarios y de derechos humanos sobre las consecuencias catastróficas de esta operación, junto con su continuo incumplimiento de las órdenes de la Corte Internacional de Justicia de asegurarse de que la población palestina de Gaza recibe la ayuda y la protección adecuadas, son señales inequívocas de su intención de continuar con el genocidio.

Es inconcebible que Estados que tienen influencia sobre Israel le proporcionen armas y apoyo diplomático para destruir vidas palestinas.Heba Morayef.

“La Ciudad de Gaza, con un rico patrimonio de milenios de antigüedad y que ya ha sufrido una destrucción y un daño devastadores, se enfrenta ahora a su total aniquilación. Es evidente que Israel está decidido a conseguir su objetivo de destruir físicamente a la población palestina de la Franja de Gaza. Es inconcebible que Estados que tienen influencia sobre Israel le proporcionen armas y apoyo diplomático para destruir vidas palestinas”, ha afirmado Heba Morayef.

“Lamentablemente, empresas e inversores continúan sacando beneficios del genocidio de Israel. Los Estados y las empresas que siguen armando a Israel se arriesgan a ser cómplices de genocidio. Quien tenga influencia sobre Israel debe presionar para que acabe de inmediato su campaña genocida y haya pleno acceso humanitario a la población civil de Gaza.”

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