“Las autoridades deben abstenerse de reprimir a quienes protestan pacíficamente”, ha declarado Amnistía Internacional con motivo de los actos y manifestaciones previstos en toda Europa para conmemorar el Día de la Nakba el 15 de mayo y en torno a esa fecha.
En los últimos seis meses, se han producido alarmantes intentos de autoridades de toda Europa de silenciar a quienes denuncian el asesinato por Israel de decenas de miles de personas palestinas en Gaza, se atreven a criticar los crímenes y violaciones de derechos que cometen las fuerzas israelíes o ponen de relieve el riesgo de genocidio. Autoridades encargadas de hacer cumplir la ley de toda Europa han reprimido a quienes han denunciado las políticas de los Estados, como el suministro en curso de armas a Israel para su uso en ataques ilegítimos en la Franja de Gaza ocupada.
Se han cancelado o prohibido asambleas públicas, reuniones y actos culturales organizados en toda Europa para denunciar las políticas de Israel en Gaza, lo que ha tenido un efecto disuasorio para otras expresiones de solidaridad con los derechos humanos de la población palestina.
“Las autoridades de Europa no deben usar la fuerza ilegítima contra quienes protestan pacíficamente. Además, deben dejar de usar inmediatamente cualquier discurso estigmatizador y discriminatorio contra quienes protestan y de imponer prohibiciones generales a reuniones a medida que nos acercamos al Día de la Nakba. Las prohibiciones generales de manifestaciones –una medida desproporcionada que vulnera el derecho de reunión pacífica– y otras políticas represivas empleadas en el pasado no deben volver a repetirse”, ha declarado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.
“Las instituciones académicas, espacios culturales y sedes de eventos deben también resistir a la presión política y evitar discriminar a quienes organizan actos y protestan pacíficamente, que tienen el derecho de expresar solidaridad con la población palestina y de criticar las políticas del Estado israelí que violan flagrantemente los derechos humanos del pueblo palestino”.
Las manifestaciones, sentadas, acampadas universitarias y foros académicos pacíficos de solidaridad con el pueblo palestino son métodos de protesta en el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica, protegidos en el derecho internacional de los derechos humanos. Personas de todos los orígenes y creencias se vienen movilizando para usar la protesta pacífica y quejarse de las acciones de su gobierno de apoyo a los crímenes atroces de Israel y su ausencia de medidas significativas para prevenir violaciones graves del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, incluido el genocidio, como indicó la Corte Internacional de Justicia.
“La protesta pacífica es una herramienta indispensable para reclamar un alto al fuego inmediato, para exigir justicia para el pueblo palestino y para pedir responsabilidades al Estado de Israel por sus prolongadas violaciones del derecho internacional, incluida la negación durante decenios del derecho al retorno de la población palestina desplazada, deportada y desposeída forzosamente desde 1948”, dijo Erika Guevara Rosas.
“Ante el riesgo actual de genocidio y la hambruna a la que se está sometiendo a la población palestina en Gaza, es aún más importante que las autoridades permitan que la ciudadanía exprese su solidaridad con el pueblo palestino el Día de la Nakba de este año y más allá, protegiendo sus derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica y a la no discriminación”.
Lamentablemente, pese a la ausencia de indicios fehacientes, algunos Estados europeos han contribuido a la terrible situación humanitaria de la población palestina en Gaza al desacreditar y suspender una ayuda vital para la supervivencia a la UNRWA, dejando a la población atrapada sin acceso a alimentos ni a agua potable mientras era bombardeada por armas y municiones suministradas por algunos Estados europeos a Israel. Como consecuencia también de las campañas públicas, algunos Estados han reanudado su financiación a la UNRWA.
Información complementaria
Los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica están protegidos en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y se extienden a expresiones que pueden considerarse escandalosas, ofensivas o perturbadoras. Las autoridades deben garantizar que la ciudadanía puede ejercer sus derechos sin discriminación ni temor a represalias.
Toda injerencia en estos derechos debe respetar el derecho internacional de los derechos humanos y no basarse en la legislación general o la política nacionales ni en supuestos y estereotipos dañinos. Las restricciones tienen que ser necesarias y proporcionales a un objetivo legítimo, y deben interpretarse de la forma más restrictiva posible. Los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica son fundamentales para vivir en una sociedad abierta y justa donde defender los derechos humanos es vital para que los poderosos rindan cuentas de sus actos.