Foto: Abed Rahim Khatib/Anadolu via Getty Images
La liberación de los civiles israelíes y extranjeros retenidos como rehenes por Hamás y otros grupos armados en Gaza y de las personas palestinas detenidas arbitrariamente por Israel debe ser inmediata y no estar supeditada al resultado de las negociaciones políticas sobre la siguiente fase de la tregua; así lo ha manifestado Amnistía Internacional cuando falta poco para el fin de la primera fase del acuerdo de canje de rehenes por prisioneros.
La noche del 26 al 27 de febrero, Hamás devolvió los cadáveres de cuatro rehenes israelíes a cambio de la liberación de 640 personas palestinas prisioneras y detenidas, como parte del canje acordado en la primera fase. Israel ha retrasado la liberación de prisioneros palestinos en los últimos días. Las negociaciones sobre la segunda fase del alto el fuego tienen por objeto acordar la liberación del resto de los rehenes israelíes a cambio de más personas palestinas prisioneras y detenidas, así como la retirada total israelí de Gaza y el fin permanente de las hostilidades.
“No debe tratarse a los rehenes israelíes y extranjeros ni a las personas palestinas detenidas como fichas de un tablero político en una despreciable lucha de poder de cara a la siguiente fase del acuerdo de alto el fuego. Sólo un cese de hostilidades duradero, que incluya asistencia humanitaria sin trabas en Gaza, pondrá fin al sufrimiento de todos. Sin embargo, la liberación tanto de rehenes civiles como de personas palestinas en detención arbitraria —sobre todo las que están recluidas sin cargos ni juicio— no debe ser objeto de negociación; es una cuestión de derecho internacional. La toma de rehenes es un crimen de guerra. No hay justificación posible para secuestrar a una persona y utilizarla como rehén, ni para mantener a una persona en detención arbitraria y prolongada como baza para la negociación”, ha declarado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.
“Israel y Hamás deben poner en libertad a todas las personas ilegalmente recluidas de inmediato, sin esperar al resultado de las negociaciones políticas sobre la segunda fase del alto el fuego”.
Al menos 59 rehenes, la gran mayoría israelíes, permanecen cautivos en Gaza y se cree que al menos 24 están vivos.
Más de 4.000 personas palestinas permanecen recluidas sin cargos ni juicio, ya sea en detención arbitraria o en aplicación de la Ley de Combatientes Ilegales, contraria al derecho internacional.
La liberación de personas palestinas detenidas y de rehenes israelíes en las últimas semanas ha suscitado gran preocupación por el trato inhumano bajo custodia y las terribles condiciones de reclusión que han sufrido tanto los rehenes en Gaza como las personas detenidas en Israel.
Al menos 250 personas, vivas y muertas, fueron tomadas como rehenes en el sur de Israel durante los ataques dirigidos por Hamás el 7 de octubre de 2023. Según el examen forense de los cadáveres de al menos seis rehenes recuperados en agosto de 2024 encargado por Israel, las muertes se produjeron por disparos efectuados a corta distancia poco antes de la recuperación de los cuerpos, lo que apuntaba a que habían sido asesinados por sus captores.
Hamás también ha retenido los cadáveres de dos soldados israelíes desde 2014. Uno de ellos fue recuperado por las fuerzas israelíes durante una operación militar en enero de 2025.
Según información publicada en medios de comunicación israelíes, algunos de los rehenes liberados cuentan que estuvieron recluidos en túneles, encadenados, sin comer y con una exposición muy limitada a la luz natural. También dicen haber sufrido tortura y otros malos tratos.
Hamás ha exhibido públicamente a los rehenes y los ha obligado a participar en humillantes ceremonias públicas de entrega ante multitudes. Incluso ha exhibido públicamente los ataúdes de rehenes israelíes fallecidos, entre ellos dos menores, delante de un cartel que retrataba al primer ministro Benjamin Netanyahu como un vampiro.
“Los ultrajes a la dignidad personal, y en particular el trato humillante y degradante, están prohibidos por el derecho internacional humanitario. Aun así, hemos visto cómo exhibían a rehenes públicamente como trofeos de guerra o los coaccionaban para que intervinieran en vídeos propagandísticos. Hamás y otros grupos armados deben poner fin de inmediato a estos espectáculos degradantes y garantizar que se trata a todos los rehenes, vivos y muertos, con respeto y dignidad”, ha dicho Erika Guevara Rosas.
“Todas las personas que permanecen cautivas deben recibir un trato humano así como protección frente a la tortura y otros malos tratos, y tener acceso al Comité Internacional de la Cruz Roja y a asistencia médica”.
Las personas palestinas liberadas en virtud del acuerdo de alto el fuego también han salido de su detención con aspecto demacrado y signos de tortura y otros malos tratos. Amnistía Internacional ha documentado anteriormente casos de desaparición forzada, reclusión en régimen de incomunicación y tortura habitual de personas bajo custodia que incluían palizas, privación de alimentos y otros tratos inhumanos o degradantes. Al menos 60 personas palestinas han muerto bajo custodia israelí desde el 7 de octubre de 2023.
“Continuar sometiendo a miles de personas palestinas a detención arbitraria sin ningún fundamento jurídico es cruel, injustificado y manifiestamente ilegal. Las autoridades israelíes deben dejar de utilizar la detención arbitraria y abstenerse de retener los cadáveres de personas palestinas como bazas de negociación. Mientras no libere a las personas detenidas, Israel debe permitir el acceso de observadores internacionales a los centros de detención. Todas las personas bajo custodia deben ser protegidas de la tortura, recibir agua, alimentos y tratamiento médico adecuados, y tener acceso a familiares y representación letrada”, ha afirmado Erika Guevara Rosas.
Las autoridades israelíes también sometieron a trato humillante y degradante a las personas palestinas durante su liberación, obligándolas a vestir camisas con la estrella de David y el lema “no olvidaremos ni perdonaremos”.
En septiembre de 2024, las fuerzas israelíes enviaron en contenedores a Gaza los restos mortales de al menos 88 personas palestinas sin identificar, que fueron enterradas en una fosa común. Los cadáveres de al menos 600 personas palestinas continúan en manos de las fuerzas israelíes como monedas de cambio, en virtud de una práctica ilegal israelí que se remonta a mucho antes de octubre de 2023.
“Los cadáveres de personas fallecidas nunca deberían tratarse como un campo de batalla. Todas las partes en el conflicto tienen el deber inequívoco de respetar y hacer respetar la dignidad de las personas, vivas o muertas, lo que incluye garantizar que los cadáveres y restos mortales son debidamente identificados y entregados en condiciones dignas”, ha dicho Erika Guevara Rosas.