Desde que llegó al poder, el príncipe heredero y primer ministro Mohammad bin Salman ha eliminado en la práctica toda disidencia interna y al mismo tiempo ha invertido importantes recursos económicos del país en lavar la imagen de Arabia Saudí en el extranjero, gravemente dañada en 2018 por el brutal asesinato del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi. Sin embargo, desde 2021, cada vez más jugadores de fútbol, estrellas del pop e influencers acuden al reino atraídos por eventos repletos de estrellas en lugares turísticos desérticos o por megaproyectos inmobiliarios diseñados para deslumbrar y distraer la atención de la represión, que va en aumento.
¡Descarga el informe completo!