En 2022 sentimos orgullo y esperanza por los logros tan significativos que hemos tenido en los casos que acompañamos; por la fuerza de nuestros posicionamientos y por el poder que hemos logrado creando vínculos con colectivas y organizaciones.
Fue un año en el que experimentamos momentos difíciles, particularmente cuando las autoridades rompieron acuerdos, empeñándose en seguir caminos contrarios a los derechos humanos. Pero ello no nos apagó, nos encendió. Nuestro movimiento tiene la llama encendida.
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