La policía detiene a una persona durante una protesta contra los resultados de las elecciones presidenciales de este año en Bielorrusia. (Foto: Natalia Fedosenko\TASS vía Getty Images).
En respuesta a la intensificación de la crisis de derechos humanos en Bielorrusia, Amnistía Internacional se dirigirá este 18 de septiembre al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para pedirle que tome medidas firmes y decisivas con el fin de investigar la represión constante de las protestas poselectorales en el país y hacer rendir cuentas a los perpetradores de violaciones masivas de derechos humanos.
La organización utilizará también el debate urgente sobre Bielorrusia, que el Consejo ha acordado entablar esta semana, para abordar el hecho de que el país lleve años sin cooperar plenamente con él, ni siquiera con el relator especial sobre Bielorrusia, mandato creado por el Consejo.
“El país lleva demasiado tiempo, y sin consecuencias suficientes, negándose a cooperar con el relator especial sobre Bielorrusia, a pesar de las violaciones de derechos humanos que venimos presenciado y documentado desde hace años. La situación se ha agravado ya hasta extremos inauditos en los tres decenios de independencia del país”, afirmó Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central.
“El principal órgano de derechos humanos de la ONU debe transmitir claramente el mensaje de que la comunidad internacional no tolerará los abusos contra los derechos humanos, y mucho menos si son de la magnitud de los que el gobierno de Alexander Lukashenko ha desatado contra su pueblo. El mundo debe ponerse del lado de las víctimas de violaciones de derechos humanos de Bielorrusia y apoyar su búsqueda de justicia. El Consejo debe iniciar una investigación sobre estas violaciones de derechos humanos y ejercer sobre las autoridades bielorrusas tanta presión como sea posible para que se haga rendir cuentas a los perpetradores”.
Información complementaria
El 26 de agosto, Amnistía Internacional y otras 16 ONG internacionales y bielorrusas pidieron al CDH que tomara con urgencia medidas sobre la crisis de derechos humanos de Bielorrusia, entre ellas el inicio de una investigación internacional sobre las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo.
Las autoridades bielorrusas llevaron a cabo una campaña de represión de la disidencia en los meses previos a las elecciones presidenciales del 9 de agosto, en las que el presidente en funciones, Alexander Lukashenko, intentaba ser reelegido, y han continuado con ella durante las semanas siguientes. Las autoridades han detenido, intimidado y hostigado a centenares de personas que se oponen a Lukashenko y cuestionan su declaración oficial de victoria.
No dejan de aparecer impactantes imágenes y convincentes testimonios del uso excesivo de la fuerza contra manifestaciones pacíficas por parte de la policía, tortura y otros malos tratos infligidos de manera generalizada contra personas detenidas y fabricación de cargos penales contra activistas notables, como ocurrió recientemente a Maryia Kalesnikava. La delegación enviada por Amnistía Internacional ha sido testigo de la represión ejercida por la policía contra manifestaciones pacíficas en la capital, Minsk, en la noche electoral y posteriormente.