“Tras ser envenenado, encarcelado injustamente y torturado en prisión, Aleksei Navalny ha muerto tras languidecer 37 meses entre rejas y ser enviado a una de las cárceles más remotas y duras de Rusia. Aleksei fue preso de conciencia sólo por alzar su voz contra un gobierno represivo”, ha declarado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
“Exigió libertad política para sí mismo y para sus seguidores. Denunció la corrupción y desafió a Putin. Su muerte es una acusación devastadora y terrible de la vida bajo el gobierno opresivo y asfixiante del Kremlin. Pagó el precio más alto por ser una voz crítica y defender la libertad de expresión. Amnistía Internacional está con todas las personas que luchan por los derechos humanos dentro y fuera de las fronteras de Rusia.”
“A Aleksei Navalny se le negó atención médica, se le mantuvo durante periodos prolongados en régimen de aislamiento y se le hizo desaparecer por la fuerza cuando se le envió a una de las colonias penales más remotas, cerca del Círculo Polar Ártico. Las autoridades rusas se negaron a investigar adecuadamente y a dar transparencia a anteriores denuncias de violaciones de sus derechos humanos.”
“Al comenzar la búsqueda de justicia, está claro que hay pocas vías a nuestra disposición. Por eso es crucial que la comunidad internacional tome medidas concretas para que todos los responsables rindan cuentas. Debemos pedir urgentemente a las Naciones Unidas que empleen sus procedimientos y mecanismos especiales para abordar la muerte de Aleksei Navalny.”
Antecedentes
El 16 de febrero, el Servicio Penitenciario Federal ruso (FSIN) informó de que Aleksei Navalny había enfermado tras un paseo por el patio de la prisión y había perdido el conocimiento poco después. A pesar de que, según el FSIN, el personal médico de la colonia le atendió de inmediato y llegó una ambulancia, todos los esfuerzos de reanimación fracasaron y Navalny fue declarado muerto. El comunicado de la FSIN concluye con el anuncio de que se están estableciendo las causas de la muerte.
De acuerdo con el Protocolo de Minnesota de la ONU sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilegales, los Estados tienen la obligación de llevar a cabo investigaciones rápidas, imparciales y efectivas sobre las circunstancias y causas de todas las muertes bajo custodia. Entre otros aspectos clave, las autoridades deben garantizar una autopsia independiente realizada por expertos forenses imparciales y ser transparentes, permitiendo el escrutinio por parte de observadores internacionales y de la familia de Navalny.