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Los primeros 100 días del presidente Trump: Ataques a los derechos humanos, crueldad y caos

Al cumplirse los primeros 100 días de la presidencia de Trump, Amnistía Internacional pone de relieve la crisis de derechos humanos impulsada por las prácticas autoritarias, las políticas discriminatorias y racistas y la peligrosa retórica de su administración.

En el informe Chaos & Cruelty: 10 Compounding Assaults on Human Rights(Caos y Crueldad: 10 graves ataques a los derechos humanos), Amnistía Internacional analiza los ataques del presidente Trump contra los derechos humanos nacionales e internacionales en sus primeros 100 días de gobierno. Desde reprimir la disidencia a poner en el punto de mira a los inmigrantes, pasando por retirarse de organismos multilaterales que protegen los derechos humanos en todo el mundo, la administración Trump ha estado erosionando sistemáticamente las salvaguardias de derechos humanos, fomentando un clima de miedo y división y socavando el Estado de derecho.

“En los primeros 100 días de su segundo mandato, el presidente Trump ha gobernado con crueldad y ha sembrado el caos, creando una emergencia de derechos humanos que ha afectado a millones de personas al reprimir la disidencia, socavar el Estado de derecho y erosionar normas e instituciones esenciales para la protección de los derechos humanos”, ha manifestado Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos. “La administración Trump ha adoptado plenamente tácticas autoritarias que suelen asociarse a dirigentes represivos para silenciar y castigar a quienes estén en desacuerdo con él, al tiempo que ha utilizado el gobierno como arma contra personas e instituciones, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, para afianzar su propio poder y llevar adelante su agenda antiderechos.”

En los primeros 100 días de su segundo mandato, el presidente Trump ha gobernado con crueldad y ha sembrado el caos, creando una emergencia de derechos humanos que ha afectado a millones de personas al reprimir la disidencia, socavar el Estado de derecho y erosionar normas e instituciones esenciales para la protección de los derechos humanos.Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos

Las políticas de la administración Trump en sus primeros 100 días ya han tenido consecuencias devastadoras sobre las vidas de personas, tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo:

  • Acabar con los procedimientos de asilo y poner en el punto de mira a los inmigrantes: Las deportaciones masivas, las desapariciones forzadas invocando la Ley de enemigos Extranjeros, las separaciones de familias y las duras restricciones del derecho de asilo han violado el derecho internacional. Estas medidas han destrozado comunidades y creado una realidad que empuja a las personas inmigrantes, incluidas las que se han dirigido a Estados Unidos en busca de seguridad, a permanecer en la sombra y vivir con miedo.
  • Atacar la libertad de expresión y el derecho a protestar: La represión de las protestas estudiantiles, en especial las que apoyan los derechos de la población palestina, ha amenazado los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica. Los ataques se han dirigido especialmente contra estudiantes que no tienen ciudadanía estadounidense, a quienes se ha amenazado con la detención y la deportación por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
  • Menoscabo del Estado de derecho: Incumplimiento de órdenes judiciales, amenazas de destitución de jueces, ataques a abogados y bufetes, abuso del poder ejecutivo y erosión de los controles y contrapesos entre los poderes del Estado son prácticas autoritarias que la administración Trump ha utilizado para llevar adelante su agenda antiderechos.
  • Menoscabo de la libertad de prensa Ataques a periodistas, demandas contra medios de comunicación, retirada de la financiación que apoya a la prensa libre en todo el mundo y uso abusivo de su facultad reguladora a través de la Comisión Federal de Comunicaciones son prácticas que socavan la primordial función que ejercen los medios de comunicación independientes de fomentar el debate, el intercambio de opiniones y la discrepancia, algo esencial para la defensa de los derechos humanos.
  • Ataque a los derechos de las mujeres y las comunidades LGBTQIA+: Políticas y órdenes ejecutivas contrarias a los derechos trans han contribuido a crear un peligroso clima de discriminación e indican un intento de borrar la existencia de las personas transgénero en virtud de la ley. También se han tomado medidas para debilitar las garantías en materia de derechos sexuales y reproductivos para todas las personas, particularmente el derecho al aborto de las mujeres y las personas que pueden quedarse embarazadas.
  • Marginación de las comunidades negras y otras comunidades racializadas: La suspensión forzosa de los programas de apoyo a la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) y las amenazas de retirar la financiación a universidades que apoyan la igualdad racial son un ataque frontal a la justicia racial.

Los ataques del presidente Trump a los derechos humanos se solapan y se agravan. Cientos de estudiantes universitarios amenazados con ser deportados. Un ejemplo emblemático de la actuación racista, la represión y el desprecio por los derechos humanos de la administración Trump es el caso de Mahmoud Khalil, estudiante palestino con residencia permanente legal en Estados Unidos, que fue detenido y sometido a procedimientos de deportación por participar en protestas pacíficas en la Universidad de Columbia.

“El caso de Mahmoud Khalil transmite un mensaje intimidatorio: si defiendes los derechos humanos te pondrán en el punto de mira, te castigarán y no tendrás garantías procesales”, ha afirmado O’Brien. “Se trata de una perspectiva aterradora, no sólo para estudiantes, no sólo para inmigrantes, sino para cualquiera. Al observar el efecto acumulativo de las acciones de la administración Trump, vemos que equivale a un ataque radical a los derechos humanos y los sistemas que los sustentan. Desde esta perspectiva, el daño y la devastación que han producido sus primeros 100 días es innegable.”

Al observar el efecto acumulativo de las acciones de la administración Trump, vemos que equivale a un ataque radical a los derechos humanos y los sistemas que los sustentan. Desde esta perspectiva, el daño y la devastación que han producido sus primeros 100 días es innegable.Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos

La caótica y cruel agenda del presidente Trump también está minando los derechos de personas en todo el mundo, creando una inestabilidad y una incertidumbre que dañan la protección y la seguridad de las personas no sólo fuera, sino también dentro de Estados Unidos, y socava su prosperidad.

  • Repentino desmantelamiento de la ayuda exterior estadounidense: El efecto de los recortes radicales y abruptos en la ayuda exterior ha sido catastrófico para los esfuerzos globales en materia humanitaria, de desarrollo y de derechos humanos. Estos recortes no son sólo económicos, sino que representan el abandono del compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos, la salud pública y la paz y la seguridad mundiales.
  • Retirada de los organismos multilaterales que protegen los derechos humanos en el mundo: Al abandonar el liderazgo global, retirarse del Consejo de Derechos Humanos (CDH), la Organización Mundial de la Salud y el Acuerdo de París sobre el cambio climático, revisar su pertenencia a la UNESCO e imponer sanciones a la Corte Penal Internacional, la administración Trump ha intensificado sus esfuerzos para minar los mecanismos globales de justicia y rendición de cuentas.
  • Abandono de los esfuerzos por mitigar los daños de la población civil: Desde reducir departamentos cuya finalidad era aminorar los daños a la población civil causados por las operaciones del ejército estadounidense, a revertir órdenes ejecutivas dirigidas a garantizar que las transferencias de armas de Estados Unidos no contribuyan a violar el derecho internacional, la administración Trump ha demostrado un peligroso desprecio por las vidas civiles amenazadas por conflictos armados.
  • Destrucción de los controles sobre rendición de cuentas de las empresas El presidente Trump y su administración han retirado los controles que existían sobre rendición de cuentas de las empresas y reducido drásticamente la lucha contra la corrupción, entre otras cosas deteniendo la aplicación de la Ley sobre Prácticas Corruptas en el Extranjero. Las tecnológicas llevan largo tiempo facilitando prácticas discriminatorias y autoritarias, pero las medidas del presidente Trump han exacerbado esta tendencia. Mientras, Trump parece haber dado carta blanca al hombre más rico del mundo, Elon Musk, para que actúe a voluntad con el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), ordenando actuaciones que parecen violar las leyes federales, como acceder a datos personales sensibles de millones de estadounidenses.

El peligroso estado de los derechos humanos en Estados Unidos se produce en un momento en el que las prácticas autoritarias se han incrementado en todo el mundo.. De hecho, los incesantes ataques de la administración Trump contra los derechos humanos están dando alas a tendencias nocivas ya presentes, vaciando de contenido salvaguardias internacionales de derechos humanos y poniendo en peligro a miles de millones de personas en todo el planeta.

“Estamos presenciando una alarmante escalada de represión patrocinada por los Estados, así como el abandono del Estado de derecho y las normas de derechos humanos en todo el mundo. Somos la mayor organización de derechos humanos de base del mundo, y nos estamos movilizando para proteger el espacio de la sociedad civil, oponernos a las prácticas autoritarias y generar poder popular a largo plazo”, ha afirmado Erika Guevara-Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional. Los derechos humanos no deben ser un peón en el ajedrez político. Los líderes y lideresas mundiales deben rechazar y denunciar las prácticas autoritarias que violan los derechos humanos y tomar medidas para abordar su impacto dondequiera que se produzcan, incluido Estados Unidos. Personas de todo el mundo, incluidas las que pertenecen a movimientos que defienden los derechos humanos y la justicia, están resistiéndose y oponiéndose firmemente a las tendencias que amenazan con arrastrar al abismo a las generaciones presentes y futuras. Los líderes y lideresas políticos deben aprovechar este momento crucial para proteger y defender los derechos y la dignidad de todas las personas.”

Estamos presenciando una alarmante escalada de represión patrocinada por los Estados, así como el abandono del Estado de derecho y las normas de derechos humanos en todo el mundo. Somos la mayor organización de derechos humanos de base del mundo, y nos estamos movilizando para proteger el espacio de la sociedad civil, oponernos a las prácticas autoritarias y generar poder popular a largo plazo.Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional

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