Tras un fructífero periodo provisional de seis meses al timón del trabajo de Amnistía Internacional en la región, la organización ha nombrado a Ana Piquer directora para las Américas de forma permanente, con efecto inmediato.
“Nos encanta que Ana siga dirigiendo nuestro trabajo en las Américas en un momento de graves policrisis mundiales que tienen grandes implicaciones para los derechos humanos. Ella posee un enorme conocimiento institucional, una comprensión profunda de la región y una fundamental experiencia de primera mano en surcar una de las atmósferas más duras del mundo para la defensa de los derechos humanos. Su audaz visión y su optimismo serán de un valor incalculable en nuestra lucha por defender los derechos humanos de todas las personas de las Américas”, ha manifestado Deprose Muchena, director general de Impacto Regional en Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
Tras estudiar derecho en la Universidad de Chile y haber completado un máster en la Universidad de Nueva York, Ana Piquer comenzó su carrera como abogada laboralista. Habiendo defendido los derechos humanos durante toda su vida, se unió por primera vez a Amnistía Internacional como activista en Chile en 1990, y posteriormente se convirtió en presidenta de la junta directiva de la Sección chilena. Pasó a ser directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile en 2011 y supervisó un importante trabajo de derechos humanos en el país, que incluía dirigir la respuesta de la organización al levantamiento social de 2019 y la campaña en favor de la justicia por la violenta represión de las protestas.
En enero de 2022 se trasladó a la Oficina Regional de Amnistía Internacional para las Américas en Ciudad de México para ocupar el puesto de directora adjunta de investigación en las Américas. Desde que ocupó provisionalmente la dirección de las Américas en septiembre de 2023, ha dirigido el trabajo de la organización sobre cuestiones acuciantes en toda la región, entre ellas la presentación de informes sobre los ataques contra personas defensoras de los derechos humanos en Colombia y el reciente deterioro de los derechos humanos en El Salvador.
“Me siento realmente honrada por este nombramiento, y haré cuanto pueda para que los derechos humanos prosperen en todos los rincones de las Américas”, ha declarado. “No me engaño sobre la magnitud del desafío al que nos enfrentamos en un continente que sigue siendo el más mortal del mundo para quienes defienden los derechos humanos. En los últimos años, los grupos contrarios a los derechos han tratado de socavar logros conseguidos tras una dura lucha, pero me sirven de gran inspiración los valientes y pujantes movimientos que abren el camino para la justicia climática y la promoción de los derechos de las mujeres, la juventud, las personas refugiadas y las personas negras, indígenas y LGBTIQ+ en toda la región. Tenemos la determinación de consolidar nuestra agenda feminista y antirracista, y nuestros lazos con organizaciones hermanas, para que juntos podamos hacer de las Américas un lugar más justo y más seguro para todo el mundo”.
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