Amnistía Internacional ha vigilado de cerca la oleada de manifestaciones y contramanifestaciones políticas en Estados Unidos en 2020, entre ellas numerosas reuniones públicas en las que se han cometido actos de violencia por parte tanto de la policía como de manifestantes y contra manifestantes.
Entre los cientos de incidentes documentados por Amnistía Internacional, más de una docena de manifestaciones y contramanifestaciones estallaron en violencia mientras la policía estaba parcial o totalmente ausente del lugar de los hechos. Un frecuente catalizador de los enfrentamientos violentos entre manifestantes y contramanifestantes ha sido la presencia de grupos armados paramilitares de un determinado sesgo. La retórica, las políticas y las prácticas de la administración Trump parecen haber fomentado el predominio de los grupos armados que agreden ilegalmente a manifestantes y contra manifestantes en todo el país.