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Nigeria: El horrible reino de impunidad del SARS hace que se burle la ley anti-tortura

  • Decenas de personas han sido torturadas por la notoria unidad policial desde que se aprobó la ley anti-tortura
  • Los hombres jóvenes y pobres son los que corren mayor riesgo de ser arrestados, torturados y ejecutados extrajudicialmente.
  • Los intentos fallidos de reformar el SARS perpetúan el círculo vicioso de violaciones

Las autoridades nigerianas no han procesado a un solo oficial de la tristemente célebre Brigada Especial Antirrobo (SARS), a pesar de la legislación antitortura aprobada en 2017 y de las pruebas de que sus miembros siguen utilizando la tortura y otros malos tratos para ejecutar, castigar y extraer información de los sospechosos, declaró hoy Amnistía Internacional.

En un nuevo informe titulado Hora de poner fin a la impunidad, Amnistía Internacional documenta al menos 82 casos de tortura, malos tratos y ejecuciones extrajudiciales por parte del SARS, entre enero de 2017 y mayo de 2020. Las víctimas de la unidad de policía, creada para luchar contra los delitos violentos, son predominantemente hombres de entre 18 y 35 años de edad, procedentes de entornos de bajos ingresos y grupos vulnerables.

“El hecho de que las autoridades nigerianas no hayan puesto fin a las graves violaciones de los derechos humanos perpetuadas por la Brigada Especial Antirrobo, ni hayan llevado ante la justicia a ningún funcionario del SARS es impactante e inaceptable. Los nigerianos están indignados por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos perpetradas con toda impunidad por el SARS”, declaró Osai Ojigho, Director de Amnistía Internacional Nigeria.

“El uso sistemático de la tortura y otros malos tratos por parte de los agentes del SARS, para las investigaciones policiales y la existencia continuada de cámaras de tortura en el seno de la fuerza policial nigeriana, ponen de manifiesto un desprecio absoluto por las leyes y normas internacionales de derechos humanos”.

La investigación de Amnistía Internacional revela un preocupante patrón de abuso de los detenidos bajo custodia del SARS, a pesar de la Ley contra la Tortura de 2017. En muchos casos, Amnistía Internacional fue testigo de las cicatrices, moretones y sangre seca en los cuerpos de las víctimas. Muchas de ellas fueron sometidas a palizas con palos y machetes y se les negó atención médica.

Las conclusiones de este informe también muestran que estas horribles violaciones se llevaron a cabo bajo la supervisión de oficiales de policía de alto rango.

Tortura generalizada y otros malos tratos

La tortura y los malos tratos siguen siendo una práctica habitual durante las operaciones diarias del SARS y en sus centros de detención.

En marzo de 2017, Miracle, de 23 años de edad, fue arrestado y detenido por funcionarios del SARS en Neni, Estado de Anambra, Nigeria sudoriental, acusado del robo de una computadora portátil. Fue torturado y apenas recibió alimentos durante los 40 días que permaneció detenido antes de ser acusado y llevado ante un tribunal.

“…su líder les ordenó que fueran y me colgaran. Me llevaron al fondo del pasillo y me ataron con cuerdas. Luego comenzaron a usar todo tipo de objetos para golpearme, incluyendo machetes, palos, infligiéndome todo tipo de heridas. Uno de los oficiales usó un tubo de escape para golpearme en los dientes, rompiéndome los dientes. Me dejaron en esa percha por más de tres horas…”.

En octubre de 2018, Sunday Bang, un boxeador aficionado de 24 años, fue detenido en su casa de Abuja por agentes del SARS y acusado de robo. Estuvo detenido durante 5 semanas sin acceso a su familia, abogados o atención médica, y no fue acusado en el tribunal. Mientras estuvo detenido por el SARS, sufrió fracturas de huesos y otras lesiones debido a la tortura y otros malos tratos.

“No se puede invocar ninguna circunstancia en absoluto como justificación de la tortura. En muchos casos las víctimas son las personas pobres y vulnerables, blancos fáciles para los agentes del orden público, cuya responsabilidad es protegerlos”, dijo Osai Ojigho.

Desde la extorsión hasta el robo de dinero y bienes

En toda Nigeria, los oficiales del SARS han convertido su deber de proteger a los nigerianos en una oportunidad para extorsionar y robar dinero, propiedades y otros objetos de valor pertenecientes a los sospechosos y sus familias. Desde 2016, Amnistía Internacional ha documentado 15 casos en los que agentes del SARS confiscaron arbitrariamente bienes de sospechosos.

Los jóvenes de entre 17 y 30 años son los que corren mayor riesgo de ser arrestados, torturados o extorsionados por el SARS. A menudo se les acusa de ser estafadores de Internet y/o ladrones armados. Los jóvenes con rastas, pantalones vaqueros rotos, tatuajes, coches llamativos o aparatos caros suelen ser el objetivo del SARS.

A menudo estos jóvenes son detenidos ilegalmente en redadas en centros de televisión, bares y centros recreativos. Se les mantiene detenidos y se les obliga a pagar enormes sobornos para conseguir su liberación. Los que no pueden pagar son sometidos a tortura u otros malos tratos.

Impunidad

La investigación de Amnistía Internacional muestra que no se ha responsabilizado a ningún funcionario del SARS por las violaciones de los derechos humanos documentadas en este informe. La organización en tres ocasiones escribió al Inspector General de la Policía pidiendo medidas que la policía pudo haber tomado en la investigación de los casos descritos en el informe, pero no hubo respuesta.

Muchas víctimas de violaciones se enfrentan a obstáculos y, en algunos casos, a la oposición concertada de las autoridades policiales mientras buscan justicia, lo que incluye amenazas a sus vidas.

A pesar de las reiteradas promesas de los sucesivos gobiernos de reformar la Fuerza de Policía de Nigeria y de la “revisión inmediata de la Brigada Especial Antirrobo, anunciada por el Inspector General de la Policía el 14 de agosto de 2018, las graves violaciones de los derechos humanos, la ineficiencia y el desprecio de los derechos humanos siguen siendo generalizados en la fuerza.

“La impunidad envía el mensaje a los torturadores de que se saldrán con la suya. La impunidad niega a las víctimas y a sus familiares el derecho a que se establezca la verdad, el derecho a que se haga justicia y el derecho a la reparación”, dijo Osai Ojigho.

“Las autoridades nigerianas deben ir más allá de las palabras vacías para asegurar que haya una verdadera reforma en el seno de la Fuerza de Policía de Nigeria, haciendo hincapié en el SARS. Estas reformas deben traducirse en la exigencia de responsabilidades a los agentes de policía sospechosos de tortura, en el fin de la tortura, la detención ilegal, la extorsión, la ejecución extrajudicial y otras violaciones de los derechos humanos por las que se ha conocido a los agentes del SARS en toda Nigeria”.

Antecedentes

En septiembre de 2016, el informe de Amnistía Internacional, You have signed your death warrant’ : Torture and other ill-treatment in the Special Anti-Robbery Squad, puso de relieve las graves violaciones del SARS, incluyendo la tortura y otras formas de malos tratos.

Usted puede tomar medidas firmando una carta que enviaremos al Presidente y al Fiscal General de la Federación para detener la tortura por el SARS y aplicar la Ley contra la Tortura:

https://www.amnesty.org/en/get-involved/take-action/nigeria-end-impunity-for-police-brutality-end-sars/

Para mayor información a los periodistas, puede contactar a: Isa Sanusi +234 9092794686 email: isa.sanusi@amnesty.org.ng

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